La magia de los zapatos

 

 

 

 

 

 

¿Alguna vez te has lustrado los zapatos con un “bolero” en la calle? La limpieza de calzado es uno de los oficios más tradicionales en México.
Cuando era pequeña disfrutaba que mi mamá me llevara a limpiar mis zapatos de la escuela; me sentaba en una silla grande con patas de acero, mientras un señor aplicaba grasa y movía de un lado a otro el cepillo hasta sacar brillo. El resultado eran unos zapatos radiantes, tanto que podía reflejarme en ellos; los llamaba  zapatos mágicos.

Esa sensación del bolero acariciando los zapatos, la recordé después de perder la extremidad. Una tanatóloga me sugirió que escribiera una carta para agradecer a mi pierna por todo lo que vivimos. Fue un acto que me ayudó a soltar el pasado y darle la bienvenida al mundo de las prótesis.  

En los primeros meses, caminaba con un zapato cuando iba con el fisioterapeuta. Hice amistad con una niña que calzaba del mismo número que yo, sólo que a ella le faltaba la otra extremidad. Hacíamos bromas sobre lo ahorrador que pudiera ser comprar un par de zapatos entre dos personas, y que cada quien use el que necesita.

Cuando llegó el día de acudir con el protesista, me pidió que le llevara el zapato que le iba a poner a la prótesis para alinearla y regular la altura. Estaba tan entusiasmada de comprar un par de tenis nuevos con los que me pondría de pie y daría mis primeros pasos.

Cuando me entregaron mi prótesis, usé esos tenis algunos días y luego decidí cambiarlos para que combinaran mejor con mis outfits. Al visitar las zapaterías me percate que no todos los zapatos eran tan fáciles de poner al pie protésico. Desde entonces lo hago con ayuda de un calzador. 

Recuerda que para aprender a caminar con tu prótesis necesitas un par de zapatos cómodos, estables, sin plataforma y antiderrapantes. De esta forma, te sentirás más seguro para emprender la aventura.

Compárteme por favor tus comentarios y otros temas de tu interés. Siempre es un gusto saber de ti. ¡Muchas gracias!

Estefania Cervantes, fundadora de Ampuvalia, A.C.